"No se trata de una nueva Guerra Fría. No se trata de dividir el mundo en bloques ideológicos rígidos", dijo un alto cargo de la Administración estadounidense a los periodistas en una reunión informativa previa al discurso en el que se esbozará la estrategia de Estados Unidos para hacer frente al ascenso de China como gran potencia.
"Se trata de mantener y, lo que es igual de importante, revitalizar el orden internacional de forma que se protejan los principios básicos que han permitido la paz y la prosperidad durante décadas", dijo el responsable.
Las relaciones entre Estados Unidos y China se hundieron a su nivel más bajo en décadas bajo la Administración Trump y se han agriado aún más durante la presidencia de Joe Biden, que hasta ahora ha mantenido los amplios aranceles de su predecesor sobre los productos chinos, pero también ha buscado estrechar lazos con los aliados en el Indo-Pacífico y otras regiones para hacer frente a la creciente influencia de Pekín.
No obstante, tras diecisiete meses de Gobierno, Biden ha recibido críticas de los republicanos y de algunos observadores de la política exterior por no haber anunciado una estrategia formal sobre China, la segunda economía del mundo y el principal rival estratégico de Washington.
Las crisis extranjeras, como la complicada retirada de Estados Unidos de Afganistán el año pasado y la guerra que Rusia mantiene en Ucrania, han creado distracciones para Biden, que se ha comprometido a no dejar que China supere a Estados Unidos como líder mundial durante su mandato.
El discurso de Blinken coincide con el inicio de una amplia gira del ministro de Asuntos Exteriores chino por los países insulares del Pacífico, un frente cada vez más tenso en la competencia por la influencia entre Pekín y Washington y sus aliados.
Blinken dejará claro que el "enfoque inquebrantable" de Washington sigue siendo el Indo-Pacífico y China, dijeron los responsables, al tiempo que expondrá los contornos de la estrategia, que consiste en invertir en la competitividad de Estados Unidos y alinearse con aliados y socios para competir con China.
"El secretario dejará claro que Estados Unidos no busca separar la economía de China de la nuestra o de la economía global... Simplemente buscamos asegurar que China juegue con las mismas reglas que todos los demás", dijo un segundo representante.
Blinken también subrayará que Estados Unidos "no cambiará la cooperación en estas áreas por el compromiso de nuestros principios", dijo el responsable.
El enfoque de Washington consistirá en moldear el entorno que rodea a China, no en tratar de cambiar su comportamiento, al tiempo que se asegura de que las empresas estadounidenses estén protegidas de lo que considera prácticas injustas de Pekín, como las subvenciones estatales y las barreras de acceso al mercado, dijeron los responsables.
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