La iniciativa del Titular del Ejecutivo, dijo, establece de forma excepcional un horario estacional en los municipios de la frontera norte del país.
Acompañado por la secretaria de Energía, Rocío Nahle García; Jorge Alcocer Varela y la consejera Jurídica, María Estela Ríos, el Jefe del Ejecutivo turnó la propuesta al Congreso para su análisis y discusión. En el acto, Alcocer Varela aseguró que el cambio de horario causa diversas afectaciones a la salud de la población, como aumento de somnolencia en estudiantes y de infartos, por lo que la recomendación es abolirlo y regresar “al reloj de Dios”.
El doctor señaló que estudios de la Sociedad Internacional para Investigación de los Ritmos Biológicos indican que las ventajas del horario estándar superan a las del cambio de horario; indicó que la depresión e ideas suicidas aumentan en algunas épocas del año y en ciertos horarios y latitudes más que en otros.
“¿Por qué deberíamos abolir el horario de verano? Lo primero que debemos contemplar es que la elección del horario de verano es política y, por lo tanto, se puede cambiar. Varias naciones consideran la eliminación del horario de verano, aunado a lo anterior, la Sociedad Internacional para Investigación de los Ritmos Biológicos concluyó que las ventajas del horario estándar superan a las del cambio de horario.
“Cada vez más, los estudios muestran que las diferencias de tiempo entre el reloj social y el reloj biológico desafían a la salud, la llegan a alterar, por lo que si queremos mejorar nuestra salud no debemos luchar contra nuestro reloj biológico. Lo recomendable es volver al horario estándar, que es cuando la hora del reloj solar coincide con la hora del reloj social, el reloj de Dios”, dijo.
Explicó que entre los efectos adversos del cambio de horario en el sistema nervioso están la somnolencia, irritabilidad, dificultad en la atención, la concentración y la memoria. Además de trastornos digestivos, aumento de secreción del jugo gástrico, disminución diurna y aumento nocturno de apetito, así como trastornos hormonales y malestar. “Es posible un efecto sinérgico con los cambios de salud provocados por la pandemia”.
En tanto, la secretaria Nahle García expuso que el horario de verano impuesto en 1996 tiene un ahorro de energía muy bajo y no hay impacto en el gasto familiar, además de que es una medida que tiene rechazo popular.
La propuesta de eliminar el horario de verano ya estaba en el Congreso desde 2016. Al interior de las Cámaras, tanto de Diputados como de Senadores, permanecen congeladas 13 iniciativas y exhortos en la materia.
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