martes, 11 de junio de 2024

Rusia podría modificar su doctrina nuclear ante represalias de EU y de OTAN

Nizhny Novgorod, 11 junio 2024. El canciller de Rusia, Serguei Lavrov, se preguntó este martes: “¿Cuándo se dará cuenta Occidente de que sus esfuerzos por mantener su hegemonía mediante métodos de chantaje, sanciones ilegales, ultimatos e incluso la fuerza militar están condenados al fracaso?” y respondió él mismo: “Espero que esto ocurra en algún momento, aunque no creo que sea pronto”.

Lavrov habló con la prensa al término de la reunión de cancilleres del Grupo de los BRICS, que se celebró en la ciudad de Nizhny Novgorod acorde con la presidencia rotatoria ejercida este año por Rusia, ocasión que aprovechó para reiterar, una vez más, las posiciones principales de la política exterior del Kremlin sobre la injerencia de Occidente en el conflicto armado de Ucrania, la imposibilidad de negociar con el gobierno de Volodymir Zelensky mientras no acepte las condiciones de Moscú, el riesgo de que Estados Unidos provoque una guerra nuclear que afectaría más a Europa, entre otras.

Pero después de hablar con sus colegas de los BRICS, Lavrov también dejó abierta la puerta para el diálogo con Estados Unidos y sus aliados al subrayar: “(…) si Occidente se da cuenta de la necesidad de un diálogo de igual a igual con el resto del mundo, les aseguro que los miembros del Grupo de los BRICS y otros países de la mayoría mundial estarán dispuestos a ello, pero, por supuesto, será necesario acordar los términos en que se va a llevar a cabo ese diálogo”.

De forma paralela a la reunión de cancilleres de los BRICS, Lavrov y su homólogo de Venezuela, Yván Gil, cuyo país quiere acelerar su ingreso al grupo de economías emergentes, firmaron un memorando para contrarrestar juntos las sanciones de Estados Unidos y sus aliados.

Entre tanto, el vicecanciller ruso Serguei Ryabkov dio a entender este martes que Rusia podría modificar su doctrina nuclear para ampliar de modo legal la capacidad de responder las “acciones inaceptables” de Estados Unidos y de la Organización el Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El funcionario diplomático, encargado de la relación con Estados Unidos, no quiso precisar a la agencia noticiosa Interfax qué es lo que se cambiaría en la doctrina nuclear de Rusia, pero argumentó la necesidad de hacerlo: “Sólo puedo decir que la situación tiene la tendencia a agravarse cada vez más, y los desafíos que se multiplican como resultado de las acciones inaceptables y que generan una escalada por parte de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, sin lugar a dudas nos obligan a pensar de qué manera nuestros documentos básicos en materia de contención nuclear se pueden adaptar mejor a las necesidades actuales”, anotó.

La enésima advertencia de Moscú, ocurrió el mismo día que el ministerio ruso de Defensa informó que comenzó ya la segunda fase de las maniobras conjuntas de Rusia y Bielorrusia con armamento nuclear táctico, menos devastador que el estratégico pero, en palabras del presidente Vladimir Putin, cuatro veces más potente que la bomba estadunidense de Hiroshima.

La dependencia castrense indicó que ahora se va a coordinar el hipotético empleo en combate de ese tipo de armas, después de que en la primera fase de los ejercicios las unidades de misiles y la aviación se centraron en practicar el transporte y puesta en estado operativo de proyectiles para los sistemas Iskander y los misiles hipersónicos Kinzhal.

Esta exhibición de fuerza, en opinión del Kremlin, debería hacer reflexionar a Estados Unidos y sus aliados acerca de los riesgos de seguir cruzando las líneas rojas que fijó Moscú en torno al conflicto armado en Ucrania.

Pero a juzgar por la más reciente decisión de la Casa Blanca en Washington no es así y, después de que algunos países de la alianza noratlántica hicieran caso omiso de las amenazas rusas y anunciaran su disposición a emplazar en su territorio parte de los cazas F-16 que Ucrania va a recibir, lo cual irritó sobremanera a Moscú, la Administración de Joe Biden dio un paso más en esa suerte de campo minado que semeja su creciente confrontación con el Kremlin.

Aunque es una medida simbólica, que poco puede influir en los campos de batalla, Washington levantó la prohibición que impuso en 2015 de suministrar armamento de fabricación estadunidense al regimiento Azov del ejército ucranio.

Rusia considera esa unidad militar ucraniana encarnación de todos los males que engloba en el concepto “nazismo” que atribuye al “régimen de Kiev”, como denomina el gobierno de Zelensky.

0 comentarios:

Publicar un comentario