En su análisis ejecutivo, el órgano asesor del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) señaló que en la actual administración federal pesó más una promesa de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador de mantener estable el precio de los combustibles que otras prioridades, dada la situación del país que se pueden atender con mayor prontitud, como la educación, la escasez de medicinas, la seguridad pública o reactivar la inversión en infraestructura pública.
“Está comprobado que mantener el precio de la gasolina por debajo del verdadero implica un costo social neto, una vez tomadas en cuenta las externalidades negativas que ello conlleva en términos de medio ambiente y cambio climático”, aseguró el organismo.
Destacó que las finanzas públicas reflejan la debilidad de las fuentes recurrentes de recursos fiscales (principalmente de la recaudación tributaria), que no dan indicios de recuperación dada la fragilidad de la actividad económica.
“Sin embargo los ingresos públicos adicionales por el significativo aumento de los precios internacionales del petróleo, ofrece al gobierno federal la oportunidad de cumplir su objetivo de gasto, y además es posible que los ingresos públicos adicionales por los precios del crudo vayan más allá del gasto presupuestado, debido a que todo indica que el conflicto bélico en Europa durará más de lo previsto”, argumentó el grupo de analistas económicos.
Destacó que una alternativa menos agresiva es que el estímulo complementario a los combustibles fuese de solo un peso, con lo que el costo total rondará 290 mil millones de pesos y no implicará un déficit fiscal adicional”.
El organismo indicó que si el precio promedio del petróleo para todo el año fuese de 90 dólares por barril, los ingresos adicionales para el sector público en 2022 pueden alcanzar cerca de 475 mil millones de pesos.
En ese sentido, agregó que un menor crecimiento de la economía resulta en menores ingresos tributarios; “una depreciación del tipo de cambio aumenta los ingresos petroleros, pero reduce el costo del servicio de la deuda; una menor plataforma de producción reduce los ingresos petroleros; un aumento de la tasa de interés incrementa el gasto no programable”.
El análisis del Ceesp añadió que “los recursos adicionales por los altos precios del crudo son en principio una buena noticia que abre la posibilidad de cubrir necesidades apremiantes o mejorar las finanzas públicas, pero ello de manera transitoria. No obstante, el gobierno ha decidido utilizarlos para cumplir una promesa de campaña: que no aumente el precio de los combustibles o que no habrá gasolinazos”, afirmó.
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