El anuncio fue celebrado por líderes internacionales como el presidente estadounidense, Joe Biden, quien destacó la importancia del acuerdo para reducir las tensiones en la región.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que la tregua permitirá a Israel concentrarse en la amenaza iraní y en la guerra en Gaza contra Hamás.
Jeanine Hennis-Plasschaert, representante de la ONU para Líbano, calificó el acuerdo como 'crucial' para la seguridad de los civiles en ambos lados de la Línea Azul, aunque advirtió que queda un 'trabajo considerable' para garantizar su cumplimiento.
El pacto establece una tregua inicial de 60 días, durante los cuales Hezbolá y el ejército israelí se retirarán del sur de Líbano para permitir el despliegue de las fuerzas armadas libanesas en la región. Además, se creará un comité internacional encargado de supervisar la implementación del cese al fuego, conforme a la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Netanyahu advirtió que Israel mantendrá una 'total libertad de acción' en caso de que Hezbolá viole el acuerdo o intente rearmarse. Mientras tanto, el primer ministro libanés, Nayib Mikati, aseguró que su gobierno reforzará la presencia militar en el sur del país para cumplir con los términos de la tregua.
En las semanas previas al anuncio, la violencia alcanzó niveles alarmantes. El martes, Israel realizó bombardeos en Beirut que dejaron al menos 10 muertos, horas antes de confirmarse el acuerdo. Según el Ministerio de Salud libanés, desde octubre de 2023, las hostilidades han causado la muerte de casi 3,800 personas en Líbano y el desplazamiento de cerca de 900,000 personas. Los ataques de Hezbolá también aumentaron en intensidad, con más de 20 proyectiles disparados el martes hacia Israel, según informes del ejército israelí.
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