Harris cerró el último día de la Convención Nacional Demócrata aceptando la nominación del partido con un discurso en el que prometía garantizar el derecho al aborto, la seguridad de la frontera con México al mismo tiempo de la regulación de migrantes en Estados Unidos y firmeza ante las tensiones internacionales.
"En nombre del pueblo, de cada estadunidense, sin importar el partido, la raza, el género, o el lenguaje que su abuela hable, acepto su nominación. Seré la presidenta que nos una en nuestras mayores aspiraciones" prometió Harris.
Kamala Harris, una hija de migrantes, su madre de la India y su padre de Jamaica, nacida en Oakland, California, es la primera persona de raíces de Asia-Pacífico en competir por la presidencia de Estados Unidos a sus 59 años.
La demócrata asumió la candidatura después de que el presidente Joe Biden renunciara a la carrera presidencial después de haber perdido importantes apoyos y donaciones después de su desempeño en su primer debate contra Donald Trump.
Iniciando con las elecciones prácticamente perdidas, Harris revivió la intención de voto por el Partido Demócrata al punto de empatar con Donald Trump y reducir la campaña a tres estados: Michigan, Wisconsin y Pensilvania, éste último lleno de una población blanca y obrera que acostumbra votar por políticas conservadoras.
Con una amplia experiencia en el sistema judicial de Estados Unidos al haber trabajado como fiscal de California, la vicepresidenta se diferenció de Donald Trump al mencionar algunos de los delitos que se le acusan como el asalto al Capitolio durante el discurso de esta noche.
"Donald Trump intentó arrojar a la basura nuestros votos, mando un grupo organizado para que asaltara nuestro Capitolio y atacara a nuestros policías, cuando los políticos de su partido le rogaron a que le pidiera a la multitud que se retirara el hizo exactamente lo opuesto, el los enardeció", dijo Harris.
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