Ucrania, 16 agosto 2024. Este jueves, las provincias de Jersón y Járkov fueron escenario de nuevos bombardeos rusos que resultaron en la trágica muerte de tres personas y varias heridas más. Las autoridades ucranianas están investigando estos ataques como posibles crímenes de guerra, una acusación que se suma a la ya larga lista de agresiones rusas contra la población civil en el conflicto que ha devastado el país desde 2022.
Las autoridades de Ucrania investigan estos ataques como posibles crímenes de guerra.
En la localidad de Prikolotne, en el distrito de Kupiansk, a las 15:20 horas locales, proyectiles guiados lanzados por las fuerzas rusas impactaron en las instalaciones de una empresa civil. El ataque no solo causó un incendio que se extendió por un almacén de 800 metros cuadrados, sino que también cobró la vida de dos empleados y dejó a otros cinco heridos.
La Fiscalía de Járkov confirmó que las víctimas eran trabajadores de la empresa, que se encontraba en pleno funcionamiento en el momento del bombardeo. La devastación fue total, y las autoridades locales están trabajando para esclarecer los detalles del ataque. La investigación ya está en marcha, y los funcionarios ucranianos han señalado que este es otro ejemplo de las tácticas despiadadas empleadas por Rusia en su campaña militar.
Apenas una hora después del ataque en Járkov, las tropas rusas dirigieron su artillería hacia la provincia de Jersón, donde la pequeña localidad de Tokarivka se convirtió en el nuevo objetivo. Una mujer, que se encontraba en la seguridad de su hogar, murió cuando un proyectil alcanzó su casa. La comunidad local quedó conmocionada por el ataque, y las autoridades regionales han prometido una investigación exhaustiva para determinar si este bombardeo también constituye un crimen de guerra.
La situación en Jersón ha sido particularmente difícil en los últimos meses, con constantes bombardeos que han obligado a miles de personas a huir y han dejado una huella de destrucción en toda la región. Este último ataque subraya la continua vulnerabilidad de los civiles ucranianos en medio de un conflicto que parece no tener fin.
La respuesta de las autoridades ucranianas ha sido clara: no se detendrán hasta que se haga justicia por las víctimas de estos ataques. Cada vez que un proyectil ruso mata a un civil, se abre una nueva investigación para determinar si el ataque puede calificarse como un crimen de guerra. En este caso, tanto los bombardeos en Járkov como en Jersón están bajo escrutinio.
viernes, 16 de agosto de 2024
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