Sus declaraciones surgieron en respuesta a las críticas del CCE contra la supuesta sobrerrepresentación del partido Morena en la próxima Legislatura.
"Es de vergüenza, de pena ajena", afirmó el presidente López Obrador, quien destacó haber mantenido previamente una relación positiva con el organismo pero reprobó la postura del CCE, acusándolos de pretender violar la Constitución.
El mandatario argumentó que el CCE está promoviendo intereses corruptos dentro del Poder Judicial y calificó a los miembros del Consejo como “paleros” que buscan manipular la justicia a su favor.
“El CCE esté pretendiendo que se viole la Constitución, en pocas palabras, están, primero, descarándose, están definiéndose por la corrupción y no quieren un auténtico Estado de derecho, quieren un ‘estado de chueco’”, dijo el mandatario.
Esta confrontación destaca la tensión entre el gobierno y el sector empresarial respecto al manejo y la interpretación de la legislación electoral y judicial.
Además, el presidente defendió la reforma al Poder Judicial que él impulsó, asegurando que esta no perjudica a los trabajadores del sector y que, de hecho, les otorga el derecho de protestar contra las medidas que consideren injustas.
López Obrador criticó la actitud del CCE, mencionando que evidencia una prepotencia por parte de quienes se consideran los dueños del país y desean controlar a jueces, magistrados y ministros para beneficio propio.
Esta declaración subraya una clara división entre la administración actual y algunos sectores influyentes de la economía nacional.
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