La fuerza aérea ucraniana detalló que el enemigo disparó 53 misiles de diferentes tipos y 47 drones de ataque, de los cuales lograron derribar 35 misiles y 46 drones.
El ataque dañó gravemente dos centrales térmicas, según la compañía energética DTEK, aunque no se especificó su ubicación exacta. La empresa comunicó en Telegram que “fue otra noche extremadamente difícil para el sector energético ucraniano”, y que “el equipamiento resultó gravemente dañado”.
Desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, Rusia ha llevado a cabo numerosos bombardeos contra la infraestructura energética de Ucrania. Según el ministro de Energía ucraniano, German Galushchenko, los ataques recientes afectaron instalaciones en las regiones de Donetsk, Dnipropetrovsk, Kirovograd, Ivano-Frankivsk y Zaporiyia. Galushchenko advirtió sobre la posibilidad de restricciones de electricidad como consecuencia de estos ataques.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó en sus redes sociales que “el objetivo principal de Rusia es normalizar el terror, explotar la falta de defensa aérea suficiente y la determinación de los socios de Ucrania”.
Por su parte, el Ministerio ruso de Defensa declaró que los ataques fueron dirigidos contra “instalaciones energéticas ucranianas que apoyan el trabajo de empresas del complejo militar-industrial”, y que se realizaron “en respuesta a los intentos del régimen de Kiev de dañar las instalaciones energéticas y de transporte rusas”.
Además, el ejército ucraniano ha respondido con ataques a refinerías y emplazamientos militares en territorio ruso, en represalia por los ataques diarios contra sus ciudades y su red energética.
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