Tanto en el norte como en el sur se están librando algunos de los combates más intensos en semanas.
Las operaciones israelíes en Rafah han cerrado uno de los principales pasos fronterizos para la ayuda, lo que, según los grupos humanitarios, está empeorando una situación ya de por sí desesperada.
Cientos de miles de palestinos se han visto obligados a huir de Rafah, después de que alrededor de la mitad de la población de Gaza se refugió allí, luego de que Israel ordenó evacuaciones del norte de Gaza en octubre.
Israel describió su último regreso al norte, donde retiró la mayoría de sus tropas hace cinco meses, como parte de una fase de "limpieza" de guerra para impedir el regreso de los combatientes, y afirmó que este tipo de operaciones siempre habían formado parte de su plan.
Los palestinos afirman que la necesidad de seguir luchando entre las ruinas de anteriores batallas es una prueba de que los objetivos militares de Israel son inalcanzables.
La autoridad sanitaria de Gaza hizo un llamamiento a la presión internacional para reabrir el acceso a través de la frontera sur y permitir la entrada de ayuda, suministros médicos y combustible para alimentar generadores y ambulancias.
"Los heridos y enfermos sufren una muerte lenta porque no hay tratamiento ni suministros y no pueden viajar", afirmó.
Un miembro extranjero del personal de la ONU murió el lunes al ser alcanzado un vehículo que se dirigía a un hospital en Rafah, la primera víctima internacional de la organización en la guerra de Gaza, según un portavoz.
En Jabaliya, un campo de refugiados de Gaza construidos hace 75 años, los tanques avanzaron hacia el corazón del distrito, una zona que Israel afirmó haber desmantelado Hamás hace meses.
Los residentes huyeron por calles sembradas de escombros cargando bolsas con sus pertenencias. Proyectiles de tanques cayeron en el centro del campo y las autoridades sanitarias dijeron que habían recuperado 20 cadáveres de los ataques aéreos de la noche.
El número de muertos palestinos en la guerra ha superado ya los 35,000, con 57 fallecidos en las últimas 24 horas, según las autoridades sanitarias de Gaza, cuyas cifras no diferencian entre civiles y combatientes.
El brazo armado de Hamás declaró que, debido a los bombardeos israelíes, había perdido el contacto con los militantes que custodiaban a cuatro rehenes, entre ellos el ciudadano estadounidense-israelí Hersh Goldberg-Polin, que aparecía en un vídeo difundido por Hamás a finales de abril.
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