El documento establece que el objetivo es consolidar la Guardia Nacional como un cuerpo policial permanente, profesional y disciplinado, adscrito a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero bajo el control operativo y administrativo de la Secretaría de la Defensa Nacional.
En su exposición de motivos, el presidente sostiene que “La transferencia del control operativo y administrativo de la Guardia Nacional a la Sedena responde a la necesidad inmediata de superar los obstáculos administrativos y de disponibilidad de recursos”.
El presidente dice que es pertinente que Sedena tenga el control operativo y administrativo de la Guardia Nacional porque “ambas inciden en un tema que es tanto de seguridad nacional como de seguridad pública, tal es el caso de la delincuencia organizada”.
El riesgo que enfrentamos es sumamente delicado para el Estado mexicano, ya que el crimen organizado en nuestro país, se ha convertido en una fuerza “cuasimilitar” que usa la violencia en contra de la población y de las instituciones públicas.
El documento expone que la Guardia Nacional tiene 113 mil elementos, de los cuales el 65 por ciento son del Ejército; 14.75 por ciento de Marina y 20.41 por ciento de la extinta Policía Federal.
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