Formado como abogado en la UNAM, con maestría en la Universidad de Harvard y con presencia en la bancada de desarrollo, el perfil de Enrique de la Madrid Cordero es identificado más del lado de la tecnocracia neoliberal que de la nueva línea que pretende seguir su partido desde diciembre pasado, cuando en su 23 Asamblea Nacional aprobó definirse como social demócrata, deslindándose del neoliberalismo de las administraciones pasadas.
Si bien, los números en las encuestas que se han publicado recientemente han dado un mayor protagonismo a De la Madrid Cordero, lo cierto es que tiene apenas trayectoria política: de 2000 a 2003 obtuvo una diputación federal por la vía plurinominal, en 2003 buscó sin éxito, en la que ha sido hasta ahora la única contienda en la que ha participado, la entonces Jefatura Delegacional de Álvaro Obregón, la cual perdió frente a la perredista Leticia Robles Colín.
En el Gobierno del panista Felipe Calderón, pese a ser militante del tricolor desde los 80, fue el sucesor de José Antonio Meade como director de Financiera Rural y, de 2015 a 2018, se desempeñó como Secretario de Turismo de Peña Nieto, sexenio en el que reconoció al periodista Julio Hernández López, que hubo “excesos” sobre los cuales no quiso hablar.
Enrique de la Madrid Cordero comentó en charla que tuvo con Julio Astillero en mayo pasado la importancia de la “técnica”, al ser cuestionado sobre si es un tecnócrata, y sostuvo que “las pocas cosas que sirven en el Gobierno de hoy, una de las pocas cosas que funcionan el día de hoy, se deben al México del Tratado de Libre Comercio”, es decir al México en el que se implementaron políticas neoliberales como ésta, que fueron echadas a andar desde el Gobierno de su padre.
Sobre su posición privilegiada como hijo del expresidente Miguel de la Madrid Hurtado dijo que tuvo “el privilegio de ser una persona que desde el principio contó con la presencia de sus padres, de los dos, tuve el privilegio también de estar en familia, de tener el acceso a la educación”, pero rechazó que las cosas le hayan sido dadas.
Desde hace un año Enrique de la Madrid ha venido construyendo su propia candidatura en distintos frentes a lo largo del país. A inicios de mes, por ejemplo, acudió al Mercado de Abastos de Guadalajara compartió que su principal apuesta para contender como candidato será economía y seguridad: “Propuestas para que la economía crezca, propuestas para que disminuya la pobreza, propuestas para eliminar el hambre, propuestas para que los jóvenes tengan oportunidades, propuestas para un sistema de salud universal para todos por el solo hecho de ser mexicanos”, aseguró en ese entonces.
Junto a la construcción de su candidatura, De la Madrid ha buscado colocarse como uno de los opositores del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya sea cuestionando el manejo económico de la actual administración, sus propuestas de reforma así como sus megaobras.
Pese al proyecto que construye rumbo a 2024, los partidos que busca representar no lo han incluido en sus listas de aspirantes. Su nombre se ha ido abriendo paso en las encuestas que han dado seguimiento al proceso presidencial. Por ejemplo, en la encuesta publicada la semana pasada en El Financiero se le situó en el tercer lugar de la oposición, detrás del emecista Luis Donaldo Colosio y de la panista Margarita Zavala, con 24 por ciento de opinión positiva y 57 por ciento de conocimiento.
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