Se trata de la primera inhumación masiva del año y se llevó a cabo en el panteón San Rafael de esa localidad, en donde se sepultaron cuatro cuerpos del sexo femenino y 51 del sexo masculino.
Como parte de los protocolos, la Fiscalía General del Estado cuenta con suficientes datos médicos, fotográficos, antropológicos, odontológicos, genéticos y dactilares, que permiten establecer la identidad forense de cada cuerpo, en caso de una futura reclamación.
Cabe señalar que, previo a la sepultura, se solicita la autorización para la inhumación y una vez que se realiza dicho trámite, se deposita cada cuerpo en una fosa individualizada con los datos de identificación forense, con el fin de conocer la ubicación exacta de cada una de las personas inhumadas.
El equipo forense informó que las causas de muerte de cada una de las personas sepultadas van desde homicidios dolosos (son dos casos), 53 por muerte natural y cuatro muertes más por causa del Covid-19.
La Dirección de Servicios Periciales mantiene bajo resguardo la base de datos con los resultados respecto a la identidad de los cuerpos que se han inhumado los últimos 17 años.
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