En entrevista, tras el inaugurar el Centro Integrador de Desarrollo Centro Histórico, un módulo para informar y tramitar programas sociales federales, el funcionario aclaró que una cosa es que las alcaldías se encarguen de la gestión de los deportivos, pero quien se encarga de fiscalizarlos es la Contraloría capitalina.
“Hay un Órgano de Control Interno en cada una de las alcaldías que depende de la Contraloría capitalina, y hay una normatividad que indica que todas las alcaldías pues son supervisadas, son fiscalizadas por estos órganos de control. Y estos órganos de control, a su vez, tienen que informarle al Tribunal de Justicia Administrativa de cualquier falla, falta o irregularidad que encuentren para que el Tribunal pues determine en estos casos una sanción a seguir”, indicó.
Por lo anterior, dijo, no se cuestiona que las alcaldías tengan atribuciones sobre los deportivos, pues las tienen, sino que simplemente la contraloría los tiene que fiscalizar.
Al referirse al cierre del Deportivo Guelatao, recordó que inmediatamente lo atrajeron los Órganos de Control Interno porque era un lugar donde se hizo una inversión de 34 millones de pesos que se cerró un mes después de su apertura. “Naturalmente que esto jaló la atención automática del Órgano de Control Interno”.
Martí Batres precisó que este órgano encontró “una cosa muy importante”: que el deportivo fue cerrado sin que se acreditara el alto riesgo.
“No había ningún dictamen que indicara que había alto riesgo en el deportivo. Entonces, ¿por qué razón se cerró? No había ningún soporte jurídico para cerrarlo”, subrayó.
Este lunes, seis de los nueve integrantes de la Unión de Alcaldes de la Ciudad de México (UNACDMX) le exigieron al secretario de Gobierno dejarlos trabajar, preocuparse por los espacios de su competencia como el Metro y las escuelas, y le recordaron que los deportivos son facultad de cada demarcación territorial.
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