viernes, 10 de junio de 2022

Presidente salvadoreño rechazó esfuerzos de EU por Cumbre

Washington, USA, 10 junio 2022.- Justo antes de la Cumbre de las Américas, altos funcionarios estadounidenses parecían desesperados por aumentar la asistencia a la reunión en medio de amenazas de no asistir por parte del presidente de México y otros líderes de izquierda debido a la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Varios se pegaron al teléfono para comunicarse con mandatarios de varios países.

Desde el Departamento de Estado se envió un mensaje a El Salvador diciendo que el secretario de Estado, Antony Blinken, quería hablar con el presidente Nayib Bukele el fin de semana. Era un raro gesto de cortesía por parte de la administración de Joe Biden, que durante meses ha criticado al líder centroamericano, calificándolo de populista.

“Participar en la Cumbre es una muy buena oportunidad para que el presidente Bukele explique su perspectiva a la comunidad salvadoreña en Los Ángeles y a Joe Biden”, escribió el subsecretario de Estado, Brian Nichols, en un mensaje al embajador de Bukele en Washington.

Al final, el mandatario salvadoreño no mordió el anzuelo y la llamada nunca ocurrió, según dos personas cercanas al presidente que hablaron bajo condición de anonimato debido a que se trata de asuntos diplomáticos delicados. Una solicitud similar para establecer la llamada con Blinken, realizada a través de la embajada de Estados Unidos en San Salvador fue igualmente ignorada, según ambas fuentes.

El esfuerzo concertado de los altos diplomáticos estadounidenses para convencer a Bukele de que acudiera a la Cumbre demuestra los extremos a los que llegaron funcionarios estadounidenses para evitar un fracaso vergonzoso.

Bukele es uno de los 11 líderes del hemisferio occidental que no asiste a la Cumbre, que se lleva a cabo en suelo estadounidense por primera vez desde que se inauguró en 1994. Algunos de los ausentes, como los presidentes de México, Honduras y Granada, lo hacen para protestar ante la exclusión de los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Otros, como Bukele y el guatemalteco Alejandro Giammattei, están frustrados con el dedo de Washington señalando corrupción y abusos a los derechos humanos y no quieren posar para una sesión de fotos que Biden puede señalar como señal de una cumbre exitosa.

“Está claro que la administración Biden no tuvo en consideración cómo se sentían estos líderes,” dijo Michael Shifter, quien recientemente se jubiló como director del Inter-American Dialogue, con sede en Washington.

Shifter señaló que tanto Bukele como Giammattei no se encontraban entre los más de 100 líderes invitados a asistir a la Cumbre por la Democracia del año pasado, que incluyó a líderes de tendencia autoritaria como el brasileño Jair Bolsonaro y Rodrigo Duterte de Filipinas.

Bukele ha ganado un fuerte apoyo en El Salvador al adoptar una postura dura contra las pandillas locales y perseguir a políticos que estuvieron a cargo del país durante décadas de forma corrupta. Los críticos de Bukele en Estados Unidos, sin embargo, aseguran que al concentrar el poder Bukele está socavando instituciones que ya eran frágiles.

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