Afortunadamente para muchas personas, una estación de tren en Polonia que cuenta con un centro comercial en su interior mantiene sus puertas abiertas para recibirlas.
Aquí les dan informes acerca del camino que pueden seguir. También les ofrecen alimentos y les permiten pernoctar antes de seguir su camino.
Un padre de familia narra el viacrucis que vivió junto con su familia, logrando abandonar Ucrania y poder refugiarse en la estación de tren. “Yo quise encontrarle refugio a mi familia aquí en Polonia, por eso dejamos nuestra casa”, explicó en entrevista con medios.
Pero hay otros puntos en suelo polaco que también envuelven historias de tristeza y desesperación por la invasión rusa.
Aquí se ubica una casa de la comunidad católica que también opera como albergue de emergencia para los que huyen.
En este sitio quienes piden ayuda también reciben comida y les dan un techo al menos a tres familias.
Otra señora entrevistada por reveló que fue realmente complicado poder internarse en Polonia para preservar la vida junto con sus hijas, y al mismo tiempo despedirse de su esposo.
Con mi esposo decidimos escapar y sentirnos más tranquilos, pero ahora tuvo que regresar para luchar contra los rusos”, dijo.
Describió que tuvieron escasos minutos para tomar algunas pertenencias y salir corriendo de casa.
Únicamente tuvimos menos de un día para empacar nuestras cosas importantes, pero cuando llegamos a la estación de tren ya estaba lleno de gente que decidió evacuar Ucrania, hemos viajado a la frontera a pie durante tres o cuatro horas marchando y hemos dejado cosas allá”, detalló.
Esta casa-albergue ha servido también para que los padres de familia puedan dejar a sus mujeres y regresar a Ucrania para defender a su país con las armas.
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