La oficina de la fiscalía de Quintana Roo informó que los investigadores siguen intentando acceder a los documentos de viaje de los buzos para verificar sus nacionalidades.
Las autoridades confirmaron las edades de las víctimas, 60 y 65 años, y que al parecer se trataba de un hombre y una mujer que formaban parte de un grupo de cuatro buzos extranjeros.
El viernes, según la fiscalía, los buzos desplegaron una boya y ascendieron tras realizar su inmersión en un popular sitio de naufragios frente a Cancún, cuando una embarcación de otra empresa local de buceo ignoró la señalización y les pasó por encima.
El accidente se produjo cerca del Cañonero C-55, un dragaminas de la época de la Segunda Guerra Mundial que más tarde prestó servicio a la Secretaría de Marina y que fue hundido en 2000 intencionalmente frente a Cancún para crear un hábitat marino y un lugar de buceo. Se trata de un punto muy concurrido y popular entre los buzos.
Las autoridades indicaron que una embarcación de otra empresa local se desplazó por encima de los buzos a pesar de la presencia de la boya e ignorando los gritos y advertencias del divemaster. La embarcación intentó entonces rescatar al otro buzo, pero ya estaba muerto.
Por lo general, los practicantes de buceo despliegan una boya con una bandera roja y blanca para advertir a los navegantes de que hay buzos bajo la superficie y que eviten la zona.
Las boyas suelen estar conectadas a las cuerdas de ascenso que los buzos utilizan para subir a la superficie poco a poco y descomprimir.
Esta costa caribeña, la principal fuente de ingresos para el turismo en México, se ha visto afectada en el pasado por acusaciones de malas prácticas de seguridad.
Recientemente, la violencia desenfrenada ha manchado la reputación de tranquilidad de la costa.
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