En cumplimiento de una solicitud de colaboración por parte de la Fiscalía de Quintana Roo, la noche del jueves autoridades ministeriales de Yucatán aseguraron el inmueble, ubicado en la localidad de Pisté, dentro de la zona arqueológica de Chichén Itzá.
La diligencia consistió únicamente en la colocación de sellos en las inmediaciones del lugar, sin impedir la entrada o salida de huéspedes o trabajadores.
Este conflicto comenzó en 2020, cuando Barbachano Herrero vendió a Rosas Moya el complejo hotelero por la cantidad de 10 millones de dólares, mediante un contrato de compraventa que incluía una “garantía de arras” de 500 mil dólares y un anticipo de 4.5 millones de dólares al momento de la firma y entrega.
También se contemplaba el pago 1.5 millones de dólares dentro de los 60 días posteriores, y otro de cuatro millones de dólares al momento de la formalización en escritura pública; con la salvedad que las dos cantidades finales tendrían que ser transferidas a la cuenta bancaria que, posteriormente, fuera designada por Fernando Eugenio Barbachano.
Este señaló que antes de otorgarla tenía que ponerse de acuerdo con sus hijos, John Patrick y Carolina María Barbachano Perschbacher, quienes viven en Estados Unidos y son copropietarios porque el sitio es parte de su patrimonio estipulado como su herencia.
En abril del 2021, Rodolfo Rosas pagó a Fernando Barbachano los primeros 4.5 millones de dólares y a cambio le fue entregada tanto la posesión, como la operación del hotel Mayaland.
Cuando tocaba el segundo abono, que ascendía a 1.5 millones de dólares, Barbachano no mandó a Rosas Moya el número de la cuenta en donde debería realizarlo y cortó toda comunicación con él.
No obstante, un día después de vencida la fecha en que se debía cubrir el monto, le llamó para decirle que como no había recibido el anticipo de 4.5 millones de dólares lo aplicaría como pena y la compraventa quedaba rescindida; en ese momento dio la instrucción a sus guardias de Seguridad de que desalojaran a Rodolfo Rosas de las instalaciones.
Éste último denunció a Fernando Eugenio Barbachano ante la Fiscalía de Quintana Roo, por el delito de fraude y despojo, además de que solicitó la devolución de su dinero por la vía mercantil.
La denuncia penal se desahogó mediante el exhorto No. 18/2022, derivado de una carpeta de investigación realizada por dicho organismo, por lo cual se ordenó esta semana el aseguramiento de la propiedad.
Igualmente se “trabó” el embargo de la negociación mercantil y el inmueble, ordenado por el Juzgado Segundo Mercantil del Primer Departamento Judicial del Estado de Yucatán, con número de expediente 00877/2021.
El hotel Mayaland, cuya primera parte fue construida en 1923, abarca 250 mil metros cuadrados de la zona de Chichén Itzá, que es una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo Moderno y Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1988.
El complejo se anuncia en diversas páginas de Internet como el primero a nivel internacional que se encuentra dentro de un sitio arqueológico y ofrece dicha circunstancia como un plus a sus huéspedes.
Barbachano Herrero, por herencia, es propietario y posesionario legítimo del predio en donde se localizan las ruinas de Chichén Itzá.
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