martes, 16 de noviembre de 2021

Informe de Conagua reconoce que se envió a Tula agua en exceso desde la CDMX

Tula, 16 noviembre 2021.- El gobierno federal confirmó que el desbordamiento del Río Tula el pasado 6 de septiembre no se debió a lluvias sucedidas en ese municipio de Hidalgo sino a que el afluente del río fue rebasado por las emisiones de aguas negras enviadas desde la Ciudad de México.

La administración de Andrés Manuel López Obrador también reconoció que otro factor de la inundación fue que no se llevaron a cabo las obras que la Semarnat ordenó efectuar en el río Tula desde 2017 para ampliar su capacidad de carga previo a la entrada en operación del Túnel Emisor Oriente (TEO), y responsabilizó a grupos ambientalistas de haber impedido su realización.

Estas conclusiones están contenidas en un informe interno de siete páginas elaborado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y que fue entregado y analizado en una reunión de trabajo que encabezó el presidente López Obrador en Tula hace dos semanas.

No obstante, pese a que las conclusiones reconocen decisiones administrativas, el reporte de la Conagua exculpa de responsabilidad a funcionarios públicos y sostiene que la muerte de 14 pacientes del hospital del IMSS de Tula a causa de la inundación se debió a “hechos inesperados, extraordinarios, inevitables e incontrolables” y que todo fue un caso “fortuito”.

“El Servicio Meteorológico incluyó previsiones de lluvias fuertes a muy fuertes (entre 50 y 75mm) para la región. Cabe precisar que la inundación registrada no se debió al efecto de la lluvia local sino al escurrimiento de la Sierra de Guadalupe, el río Tlautla, la descarga de Requena y de los túneles emisores del Valle de México que confluyen al río Tula. Es decir, no fue la lluvia local, sino los escurrimientos de los ríos, presas y las obras de desagüe del Valle de México y del estado de Hidalgo, lo que provocó la inundación”, indica el informe.

El documento precisa que al río Tula llegó un caudal de 500 metros cúbicos por segundo (m3/s), cuando el afluente solo tiene capacidad natural para dar cauce a 250 metros cúbicos por segundo.

Según el informe, tan solo la operación de los Túneles Emisor Oriente y Emisor Central contribuyó con 150 metros cúbicos por segundo, mientras que el desfogue de la presa Requena aportó 100 metros cúbicos; es decir, la presa fue desfogada en el momento en que el río Tula recibía las descargas desde la Ciudad de México, lo que contraviene protocolos de operación oficiales.

El informe advierte que se tenía conocimiento de que Tula es una zona inundable y que no se realizaron las obras requeridas para evitar el desbordamiento del río.

“Desde 2009, el Atlas de Riesgo de Hidalgo considera a la ciudad de Tula de Allende en riesgo por inundación debido al desbordamiento del río Tula. En 2016, se intentó ampliar la capacidad de conducción de este río, sin embargo, las obras no se realizaron debido a la oposición de grupos ambientalistas”, señala.

La Conagua dio a conocer que se formó un grupo de trabajo con autoridades de nueve municipios de Hidalgo para buscar soluciones al riesgo de inundaciones en la entidad y para efectuar acciones respecto al río Tula.

Otra de las acciones contempla elaborar un nuevo protocolo de operación del sistema de desagüe del Valle de México que incluya a funcionarios del gobierno de Hidalgo, pues a la fecha sólo la Conagua, la Ciudad de México y el Estado de México están representados en la Comisión Metropolitana de Drenaje.

La Conagua emitió la tarde de este lunes el comunicado luego de que el presidente López Obrador fue cuestionado sobre responsabilidades administrativas en el desbordamiento del río que provocó la muerte de 14 personas.

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