martes, 19 de octubre de 2021

Reino Unido se enfrenta al dilema de los combustibles fósiles ante la cumbre de la ONU

Londres, 19 octubre 2021.- Reino Unido se enfrenta a un dilema en materia de combustibles fósiles: puede mejorar sus credenciales ecológicas deteniendo la explotación de hidrocarburos en el Mar del Norte, pero esto aumentaría su dependencia del combustible importado.

La forma en que Reino Unido trace el camino para alcanzar las cero emisiones netas en 2050 será objeto de examen cuando acoja la conferencia sobre el clima COP26 en Glasgow (Escocia), que comienza el 31 de octubre.

Las grandes petroleras afirman que el aumento de la producción puede desempeñar un papel en la gestión de la reducción, mientras que los activistas presionan para que se detengan inmediatamente los nuevos proyectos con maniobras publicitarias y medidas legales.

"Si la oferta desaparece y la demanda no cambia, eso sólo tiene una consecuencia y es una escalada de los precios", dijo este mes el consejero delegado de BP, Bernard Looney.

Reino Unido y otros países europeos ya lo han notado claramente. El crudo Brent, referencia basada en los barriles del Mar del Norte, ha subido más de un 60% este año, mientras que el precio del gas de referencia en el Reino Unido ha subido más de un 250%.

El reto que supone la disminución de la producción nacional y el aumento de las importaciones de combustible se ha dejado sentir en toda Europa. El precio del gas europeo al por mayor ha subido más de un 350% este año.

Reino Unido, que antes podía depender de sus propios yacimientos de petróleo y gas para encender sus centrales eléctricas, alimentar sus coches y calentar sus hogares, es un importador neto de energía desde 2005, ya que la producción del Mar del Norte ha disminuido.

Con la capacidad de sus instalaciones de almacenamiento de gas, que ahora sólo alcanzan para unos pocos días, la dependencia británica de los suministros "justo a tiempo" (los que se obtienen en las cantidades precisadas poco antes de ser usados) enviados desde Qatar o cualquier otro lugar, deja expuesto al país cuando el mercado se contrae, como ahora, con el aumento de la demanda a medida que las economías se recuperan de la pandemia del Covid-19.

Para los activistas, la respuesta no es volver a abrir el grifo, sino reducir el consumo interno de combustibles fósiles.

Unos 70 científicos y académicos enviaron una carta abierta publicada en el periódico británico Independent esta semana en la que pedían a Johnson que dejara de permitir la inversión y la concesión de licencias para nuevos yacimientos de petróleo y gas, afirmando que "ahora es el momento de tomar medidas políticas audaces".

Reino Unido ha avanzado en algunos aspectos. Es el mayor productor de energía eólica marina del mundo, y está ampliando este recurso rápidamente. Pero eso no da energía a los hogares en los días sin viento.

Sin embargo, aumenta la presión para que se actúe con mayor rapidez para frenar el uso de combustibles fósiles. Reino Unido no se ha comprometido a poner fin a la exploración en el Mar del Norte, adoptando un enfoque similar al de Noruega, pero no al de Dinamarca, otro productor del Mar del Norte, que ha detenido nuevos proyectos.

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