miércoles, 15 de septiembre de 2021

“Yo creo que me tienen miedo”: Buenrostro, quien hizo pagar impuestos a los grandotes

CDMX, 15 de septiembre 2021.- Raquel Buenrostro Sánchez, actual Jefa del Servicio de Administración Tributario (SAT), logro desde su puesto aumentar los ingresos tributarios en el peor año de la pandemia generada por el SARS-CoV-2 y que desató la crisis económica y de salud más profunda en 100 años, y lo consiguió al imponer su sello indiscutible: atacar la corrupción interna de la institución, imponer una férrea disciplina a sus subalternos y desde ahí establecer piso parejo para todos los contribuyentes; en particular, cobrarle a los grandes conglomerados mexicanos y extranjeros los miles de millones de pesos en impuestos que por décadas los gobiernos federales en turno les perdonaron.

Yo creo que los contribuyentes “me tienen miedo”, ni en Navidad recibo regalos, dice la funcionaria federal quien en febrero pasado fue incluida por la revista International Tax Review en su “Global Tax 50”, una lista de las personas más destacadas en el mundo fiscal y donde se incluye al Presidente Joe Biden, por ejemplo. La publicación calificó a Buenrostro Sánchez como “La Dama de Hierro Mexicana” y destacó sus acciones extraordinarias para cobrarle a contribuyentes poderosos y morosos como Wal-Mart, IBM, Toyota, Minera Fresnillo, Femsa, América Móvil, entre otras corporaciones.

Su estrategia en la pandemia, explica en una entrevista para “Los Periodistas”, programa que conducen Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela en SinEmbargo al Aire por la plataforma de Youtube, fue cobrar los adeudos más grandes y que estaban a la vista de todos, porque sabía que tenía poco tiempo para operar y porque el parón de la economía no iba a permitir una jugosa recaudación fiscal. Además, se puso ojo en los adeudos simbólicos o icónicos: los de grandes corporaciones que hicieron planeaciones muy agresivas y que incluso rayaban en defraudaciones fiscales. Este plan, añade, continuará mientras ella esté en el SAT, pues asegura que hay aún un margen de casi un billón de pesos para cobrar a los morosos o a quienes, de plano, han defraudado al Gobierno federal.

–Usted tiene una reputación de mujer dura que, por supuesto hace valer lo que la Ley establece, pero cuando llegó al SAT no se encontró con algún contribuyente de los grandotes o medianos, o con sus abogados, que le hiciera ojitos o que le dijera: “háganos un descuento y un moche para usted”? –le preguntó Delgado Gómez.

–A mí la verdad, desde que llegué incluso a la Oficialía Mayor [en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), donde estuvo del 1 de diciembre de 2018 al 18 de diciembre de 2019] nunca me han ofrecido directamente nada. Yo creo que me tienen miedo. Es más, ni regalos recibo en Navidad. es muy chistoso porque tengo 25 años en la administración pública y luego en Navidad hay regalos en algunas oficinas, pero a mí no me dan regalos. Yo creo que les da más miedo regalarme algo, porque sienten que me puedo ofender. Y yo les agradezco muchísimo porque eso habla de la imagen que tienen de mi, lo cual a mí me satisface porque ahí no hay duda. Dicen que lo que es parejo no es chipotudo, entonces está muy bien porque, afortunadamente, no he tenido ese problema –dice Buenrostro no sin dejar escapar sonrisas.

“¿Que sí ha habido, y yo he tratado de exhibirlo públicamente? El SAT tiene 35 mil personas en toda la República y es una institución que, como muchas, tiene mucha corrupción. Tuvimos el problema de la venta de citas, donde cesamos a 36 servidores públicos internamente; en las aduanas hemos cesado a muchísimos; en total yo llevo interpuestas mil 700 denuncias nada más ante la Fiscalía General de la República, y sí me ha pasado que me han llamado grandes contribuyentes que tienen gente en sus oficinas y que les dicen que van de parte mía y les están pidiendo millones de pesos en efectivo para no hacerles una auditoría.

Eso sí ha pasado y ahí sí me desmarco de cualquier petición. He salido públicamente a decir que nosotros no tenemos dinero. También nos han llamado para preguntarnos si tenemos un despacho escogido y les hemos aclarado que el SAT no tiene despachos, nosotros no nos metemos en relaciones entre privados, no recomendamos ni nos entendemos con despachos; nosotros no cobramos por ninguna asesoría, tampoco andábamos cobrando por hacer o no hacer auditorías a nadie y mucho menos andamos enviando mensajeros para que recojan dinero en efectivo.

“Eso sí no ha tocado, pero afortunadamente esa imagen que tienen de mí muchos de los contribuyentes les da la confianza de llamarme por teléfono; siempre les he dicho: nosotros tenemos la línea abierta y por eso nos han llamado y nos han dicho: ‘oye, aquí hay dos personas que vienen de tu parte con este mensaje’. Y les decimos: ‘no, pues no son de aquí; sácales una foto y hay que denunciarlos porque yo no he mandado a nadie y ahorita mismo vemos quiénes son”, añadió la Licenciada en Matemáticas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y quien tiene una Maestría en Economía por el Colegio de México (Colmex).

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