Hong Kong es uno de los pocos territorios del mundo que dispone de suficientes dosis para el conjunto de su población, que sigue siendo reacia a la vacunación.
Seis meses después del inicio de la campaña de vacunación, sólo 36% de los 7.5 millones de habitantes recibieron dos dosis y el 48% una sola.
Hasta la fecha, el número de contagios ha sido muy bajo, con casi 18 meses de prohibición de la entrada de no residentes.
Todo viajero procedente del extranjero debe realizar una cuarentena, de hasta tres semanas, en un hotel.
El lunes, la jefa del ejecutivo, Carrie Lam, anunció medidas para aumentar la tasa de vacunación haciendo obligatorias las vacunas para cuatro sectores: los funcionarios públicos, el personal sanitario, el de los hogares de ancianos y los maestros.
La tasa de vacunación en estos sectores fluctúa entre 70% para los funcionarios y apenas 47% entre los docentes.
«Hay mucho que mejorar», destacó Lam. Las personas que no quieran ser vacunadas deberán hacerse las pruebas de detección de coronavirus a sus expensas dos veces por semana, salvo una contraindicación médica, precisó.
«Si la gente se niega a vacunarse por razones no médicas, no creo que un gobierno responsable deba tolerar esto», destacó.
Hasta la fecha, las medidas adoptadas en Hong Kong para luchar contra la propagación del virus han permitido limitar el número de casos de Covid-19 a unos 12 mil y el de muertes a 200.
No se ha registrado ningún caso de contaminación local en más de 50 días.
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