La empresa estatal tomó el control del megacampo de Zama el mes pasado, pero no cuenta con los 2 millones de dólares necesarios para desarrollar el prospecto en el lapso establecido, que es de cinco a siete años.
Esta situación la dieron a conocer personas familiarizadas con las discusiones que se realizan en Pemex y que pidieron no revelar su identidad ya que la información no es pública.
De acuerdo con dichas personas, para poder resolver los obstáculos económicos se planteó crear un acuerdo en el que Talos Energy Inc., que sigue siendo un propietario minoritario en el proyecto, facilitará el financiamiento utilizando barriles como garantía.
Sin embargo, tanto Pemex como la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, se resistieron, y aseveraron que esto es una amenaza para la soberanía petrolera de México.
Cabe recordar que Talos y sus socios descubrieron Zama en 2017, después de ganar el bloque en la primera subasta competitiva de petróleo de nuestro país.
Luego de una prolongada disputa entre Pemex y Talos sobre quién operaría Zama, en julio de este año la Secretaría de Energía nombró a Pemex como operador del campo y le otorgó una participación del 50.4 por ciento.
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