martes, 6 de julio de 2021

Iniciativa de la Franja y la Ruta debe cerrarle el paso al carbón

China, 6 julio 2021.- En junio, el presidente estadunidense, Joe Biden, le pidió a sus homólogos del G7 que respaldaran un plan de infraestructura mundial que compita con el conjunto de enlaces ferroviarios y marítimos de China llamado Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda (BRI). Esto marcó el comienzo de su campaña para la cooperación internacional en el área de infraestructura de alta calidad, que puede considerarse la versión ampliada posterior al covid-19 de la Blue Dot Network (iniciativa para certificar proyectos de infraestructura y desarrollo) de la era Trump. Sin embargo, el llamado de Biden produjo pocos resultados concretos.

La reunión del G7 prometió dejar de usar fondos del gobierno para nuevas plantas eléctricas alimentadas por carbón para finales de 2021. La Iniciativa de la Franja y la Seda, que ha sido muy criticada por su impacto al medio ambiente desde su lanzamiento en 2013, debe tomar en cuenta el compromiso.

La generación de electricidad a partir del carbón es la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero. Si la Iniciativa de la BRI hiciera compromisos similares libres de carbón, ayudará a cumplir con el objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados, así como mejorar su propia reputación.

El Segundo Foro de la Franja y la Ruta, que se celebró en Pekín en 2019, estableció una plataforma central de construcción de infraestructura de alta calidad que pueda ser limpia y ecológica.

Prohibir el carbón será consistente con el compromiso de China de alcanzar un punto máximo de carbono para 2030 y la neutralidad para 2060. El intervalo entre estas dos líneas de tiempo ya es corto. Una prohibición al carbón obligará a los principales financieros de desarrollo, como el Banco de Desarrollo de China y el Exim Bank de China, así como a los bancos comerciales, a adoptar las mejores prácticas. Esto acelerará la transición a un futuro verde para países que toman préstamos de la BRI.

Más de 30 instituciones internacionales son socios oficiales de la Iniciativa de la BRI, entre ellas las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Estas instituciones le dan prioridad a las mejores prácticas internacionales. Una Iniciativa de la Franja y la Ruta libre de carbón los ayudará a ver las inversiones de la iniciativa en una luz positiva.

De acuerdo con la ONU, más de 110 países se comprometieron a la neutralidad de carbono para 2050. Una economía baja en carbono representa la mayor oportunidad empresarial de nuestro tiempo. Los que se mueven con rapidez y decisión en esa dirección son los que más se van a beneficiar.

La BRI debe estar atenta a los cambios de políticas en los bancos de desarrollo multilaterales. Por ejemplo, el Banco Europeo de Inversiones dejará de financiar proyectos de energía basados en combustibles fósiles el próximo año. El Banco Asiático de Desarrollo no financia una central eléctrica alimentada por carbón desde 2013, y prohibió el carbón en una propuesta de política en mayo. El Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura va por el mismo camino y se prevé que actualice su estrategia de energía al prohibir la energía alimentada por carbón a fin de año.

Hasta el momento, 140 países ya apoyaron la BRI; incluso algunos occidentales, entre ellos Australia, Canadá, Reino Unido y Japón, optaron por beneficiarse de la iniciativa a través de la denominada cooperación de mercado de terceros.

La BRI ha sido criticada solo por sus bajos estándares en torno al carbón. Está estigmatizado porque EU se siente amenazado por el ascenso de China. Al no comprometer fondos para nuevas plantas de energía de carbón, la BRI puede cosechar buena voluntad de Occidente, en particular de Europa Occidental. Esto ayudará a socavar la estrategia de Biden de tratar de aislar a China.

Para hacer un mundo mejor para todos, las normas ecológicas deben ser realistas. Asia tiene los yacimientos de carbón más ricos, que representan 38 por ciento de las reservas mundiales. Como es barato y accesible para muchos países en desarrollo, el carbón constituye 40 por ciento del consumo de energía en Asia, muy por encima del promedio mundial de 29 por ciento.

Una iniciativa de la Franja y la Ruta sin carbón no significa eliminarlo en absoluto, ni un cese inmediato en su uso. En lugar de eso, se deben fomentar las inversiones en tecnologías de “carbón limpio”, para hacer que el carbón sucio sea más ecológico. Esto permitirá eliminarlo poco a poco. Y si va a haber un retiro anticipado de la energía por carbón, debe haber alternativas disponibles y atractivas.

En un momento de creciente incertidumbre y desestabilización, es mejor considerar a la BRI como un nuevo corredor para la cooperación China-Occidente. Poner fin al uso de carbón por parte de la BRI hace esto posible.



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