Los datos preliminares fueron expuestos por NBCUniversal, propiedad de Comcast.
En su reporte detallaron que en todas las plataformas, incluyendo NBCOlympics.com y la aplicación NBC Sports, fueron 17 millones de personas las que vieron la ceremonia.
Además, señalaron que la audiencia de streaming en esas plataformas aumentó un 76 por ciento, con respecto a la ceremonia de apertura de PyeongChang 2018.
Y un 72% con respecto a la apertura de Río 2016. Situación que refleja los cambios de hábitos en la visualización.
Según informó Reuters, la audiencia televisiva de la inauguración de Tokio descendió un 37% con respecto a 2016.
En ese entonces 26,5 millones de personas vieron la inauguración de los Juegos de Río de Janeiro; y 59% con respecto a 2012, cuando 40.7 millones de personas vieron la ceremonia de Londres.
El antecedente de una baja audiencia de una inauguración de los Juegos Olímpicos se dio en Seúl en 1988, que atrajo a 22.7 millones de telespectadores.
Otro mínimo de audiencias se dio en los Juegos de Barcelona de 1992, cuando 21.6 millones de personas la sintonizaron, según datos de Nielsen.
Cabe señalar que por la pandemia de Covid-19, el acto inaugural del viernes se redujo a menos de mil asistentes en el Estadio Olímpico bajo estrictas normas de distanciamiento social.
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