En su investigación afirmó que las armas que desaparecieron del inventario del ejército fue minimizado por la entidad a pesar de que algunas de esas armas de fuego han sido usadas en delitos.
AP aseguró que el ocultamiento se remonta a 10 años. Las armas robadas han sido utilizadas en tiroteos, robos, amenazas; incluso, pandillas tuvieron acceso a las armas.
La agencia de noticias indica que los altos mandos militares realizan esfuerzos para ocultar las cifras reales de las armas desaparecidas y bloquean los informes que pongan en riesgo su responsabilidad.
Aseguró que todas las dependencias de gobierno en materia de seguridad nacional y militar se negaron a brindar esa información y omitieron reportarla al congreso desde la década del 90.
“Las fallas de seguridad fueron evidentes a todo lo largo de la cadena, hasta las unidades individuales, que han destruido registros, falsificado controles de inventario e ignorado procedimientos, publicó la agencia AP.
Si bien el ejército se resistió a publicar las cifras, una apelación de AP permitió saber en 2019 que, en un lapso de seis años, 288 armas de fuego desaparecieron de las manos de los militares.
“Al usar los números de serie únicos que tiene cada arma, la AP identificó 19 armas de fuego faltantes que no estaban en los datos. Eso incluía una ametralladora M240B que una unidad de la Guardia Nacional del Ejército reportó como desaparecida en Wyoming en 2014”.
Es decir, el reporte oficial omitía la desaparición de más armas de fuego, mismas que no pudieron explicar.
Un análisis de tendencias en el documento cita el robo y la “negligencia” como los factores más comunes.
Los memorandos a los que accedió la agencia muestran 1,303 rifles y pistolas faltantes del 2013 al 2019 y un número desconocido de armas recuperadas.
Durante el mismo periodo, el Ejército dijo que estaban acreditados 62 rifles o pistolas perdidos o robados.
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