Elecciones en México han normalizado el ridículo: NYT

New York, USA, 30 mayo 2021.- Cuando la oferta electoral tradicional defrauda sin cesar, las sociedades se corren hacia los extremos y, como ocurrió con Andrés Manuel López Obrador en 2018, los ciudadanos votan por un outsider o un opositor al sistema.

Pero cuando también falla esa opción extrema, la gente puede saltar los límites, advierte un artículo del diario estadounidense The New York Times. Entonces sobreviene la antipolítica, el freak show, la normalización del ridículo, el circo.

“Una panoplia de outsiders —actores, luchadores, cantantes o influencers en las listas de candidatos— se ofrece en las elecciones del 6 de junio en México como alternativa a la omnipotencia del presidente Andrés Manuel López Obrador y a una oposición sospechosa de casi todo. Ese circo prefigura un futuro desastroso para México. El nihilismo, combinado con la dinámica de las redes sociales, está creando un escenario desalentador y degradante. Más que democracia, vodevil electoral”, señala el texto firmado por Diego Fonseca, experto en análisis de movimientos autoritarios en América Latina y España.

Titulado “México y la decadencia de la política”, el artículo cita los casos de Rocío Pino, una modelo apodada La Grosera, que promete implantes de senos si la eligen diputada; también se refiere a Samuel García, el candidato de Movimiento Ciudadano al gobierno de Nuevo León, quien dice haber sufrido la mano dura de su padre cuando lo levantaba temprano para ir a jugar golf; y retoma el caso del luchador Tinieblas, quien no tiene idea de lo que es la comunidad LGBT+.

Según el texto, internet permitió la movilización de causas loables como el medio ambiente, el feminismo y la justicia racial, pero también, como decía Umberto Eco, le dio voz a idiotas e imbéciles, y al vecino enojado. Lozano advierte que el impulso a la rabia social y apatía general podría alimentar un voto suicida: elegir a quien sea con tal de acabar con la clase política tradicional.

“Estas candidaturas silvestres, posibles en buena medida por las redes —dice mucho que un partido se llame Redes Sociales Progresistas— han banalizado la política cuando más se necesita vigilancia democrática, debates programáticos y planes concretos para resolver los problemas de fondo de México”, puntualiza.