Tecámac, México.-Después de que fueron quemadas dos unidades de la línea de transporte San Juan Zitlaltepec en el paradero de Ojo de Agua del Mexibús, policías estatales y municipales realizan operativos de vigilancia en los principales avenidas para evitar otro ataque del grupo delictivo que exige ‘cuotas’ a los dirigentes para que no les hagan daño.
Los miembros de las corporaciones mexiquenses efectúan revisiones aleatorias a las unidades que circulan desde la Central de Abastos de Ecatepec hasta Huehuetoca y otros ramales, principalmente, por donde ofrecen el servicio las unidades de ‘Las Brujas’, como se le conoce a la línea que ha sufrido los ataques más violentos desde marzo a la fecha.
Los oficiales de la Secretaría de Seguridad del Estado de México detenían a las unidades sobre la antigua carretera México-Pachuca, en el municipio de Tecámac, y preguntaron a los chóferes, así como a los usuarios si todo marchaba bien.
‘La verdad que sí tenemos miedo de que llegue el grupo armado y queme otros vehículos, nos haga daño a nosotros o al pasaje, pero tenemos que salir a trabajar, tenemos que mantener a la familia y pagar la camioneta y aún con todo el riesgo del mundo tenemos que ofrecer el servicio’, contó uno de los operadores que salió de la base de la Central de Abastos de Ecatepec y que se dirigía a Huehuetoca.
Aun cuando hay mayor presencia policial los chóferes de esa ruta reconocieron que tienen temor de que algo malo les vaya a ocurrir porque los miembros del grupo criminal ya mataron a tres de sus compañeros en los últimos cuatro meses.
La alcaldesa morenista de Tecámac, Mariela Gutiérrez Escalante, dijo que la seguridad se reforzaría las 24 horas del día en su territorio, aunque consideró que la violencia que sufren los concesionarios del transporte se originó en Zumpango y no en el municipio que gobierna desde el 1 de enero pasado.
Desde la semana pasada cuando dos de los conductores de la línea San Juan Zitlaltepec fueron asesinados la tercera parte de los chóferes dejó de trabajar por miedo a que atenten contra ellos.
Estiman que entre 100 a 120 conductores de esa línea han dejado de ofrecer el servicio desde la semana pasada cuando otras dos unidades fueron incendiadas en Ozumbilla y a los dos chóferes los asesinaron; sus cuerpos fueron encontrados desmembrados el viernes en Zumpango.
En el paradero de Ojo de Agua de la línea 1 del Mexibús, aún quedan cenizas y vidrios rotos en el pavimento de las dos camionetas que quemaron los miembros del grupo armado que irrumpió en ese lugar para amenazar a los dirigentes que paguen su ‘derecho de piso’.
También ahí prevalece el miedo de los transportistas de que los integrantes de la agrupación criminal regrese otra vez a hacerles daño.
Policías estatales y municipales realizan rondines permanentes desde el miércoles por la tarde en ese punto de Tecámac.
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