“La unidad de negocio de cementos, permanecería en la sociedad escindente, es decir Elementia”, informó la empresa al mercado de valores. La reorganización corporativa, dijo la empresa, será sometida a la aprobación de sus accionistas en una asamblea.
El 76.7% de Elementia está en manos de la familia Del Valle (con el 40.5%) y la familia Slim (con el 36.2%) y el resto está en manos de los inversionistas minoritarios en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Al 4 de abril el valor bursátil de Elementia fue de 11,228 millones de pesos (unos 576 millones de dólares).
El negocio cementero aportó el 42% de las ventas de la compañía en el cuarto trimestre de 2018 con 2,508 millones de pesos (unos 129 millones de dólares) a través de sus operaciones en México, Estados Unidos y Costa Rica.
Es tal la rentabilidad del negocio cementero, que aporta el 75% del flujo de operación de toda la compañía. En particular, el mercado mexicano es el que mayores ganancias aporta a los empresarios Del Valle y Slim.
En México, el margen Ebitda es de 56%, tres veces más que el 17% reportado en Estados Unidos y mucho mayor al 2.0% registrado en Costa Rica.
El Ebitda es un término que usan los financieros y es el acrónimo inglés de “Earnings Before Interests, Taxes, Depreciations and Amortizations”, es decir la utilidad antes de ingresos financieros, impuestos, depreciación y amortización.
La división cementera de Elementia nació en 2013 con la puesta en marcha de su planta “El Palmar”, en Santiago de Anaya, Hidalgo. Destaca que esa unidad se ubica a unos 80 kilómetros de la planta de Cemex en Atotonilco, Hidalgo; de la planta de Cruz Azul, y otra de la en ese entonces de su rival comercial Lafarge en Tula.
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